Dos piernas con calcetines Darn Tough grises y al fondo un rio y montañas

👉COMPRAR BOTAS DE MONTAÑA ¿ESTÉTICA O CIENCIA?, LAS DOS COSAS 🧐.

 

A veces nos fiamos de que si una bota le funciona bien a un amigo entendemos que a nosotros también nos tiene que ir bien pero cada persona tiene unos pies distintos. Y normalmente esta decisión acaba en fracaso.

 

Suele pasar también que a veces nos enamoramos de las botas que nos son compatibles con nuestros pies y también suele acabar mal.

 

De la parte estética no podemos ayudarte, pero en esta entrada vamos a darte las claves para encontrar tu bota perfecta.

 

  1. Cuando vayamos a comprar las botas debemos llevar los calcetines que vamos a usar.

 

Los calcetines son una parte importante ya que nos protegen contra las ampollas, rozaduras y nos mantienen los pies secos y calientes mientras permite la transpiración.

 

En este caso los nuestros son los mejores.

 

Si optas por una bota polivalente para todo el año prueba las botas con el calcetín más grueso que tengas y con el más fino, juega con el atado para que la bota te ajuste bien con los distintos gruesos.

 

Para hacer senderismo y si vamos a estar en movimiento recomendamos en hombres los modelos 1972, 1466 y el más grueso el 1405.

 

En el caso de las mujeres los modelos 1967, 1903 y el más grueso 1908.

 

Los modelos nos deben servir de referencia, debemos buscar calcetines con esas características de altura y acolchado y elegir el modelo que más nos guste.

 

En el caso de que en invierno vayamos a estar un tiempo largo en estático escogeríamos nuestro calcetín más grueso en hombre el modelo 1955 y en mujer el modelo 1954.

 

  1. Es fundamental saber en qué condiciones climáticas vamos a usar las botas y el entorno.

 

Lo ideal sería tener tres pares.

 

  • Para caminatas invernales, unas botas diseñadas para usar en nieve o barro.

 

Estas deben ser impermeables y estar bien aisladas con materiales tipo Primaloft® o G-loft® estos materiales nos van a proporcionar aislamiento para caminar por nieve.

 

Estas botas deben tener una suela específica para que agarre sobre nieve un ejemplo de esta suela es la Vibram Ice Sole®.

 

La entre suela puede ser blanda para facilitar la caminata.

 

  • Unas botas rígidas o semi rígidas para escalar en hielo o roca.

 

La característica principal de estas botas es su rigidez ya que deben permitir que puedan sostener tu cuerpo con la puntera.

 

Estas botas están diseñadas para usar crampones.

 

Dependiendo de si su uso es en verano o en invierno tienen una capa de aislamiento o no.

 

La suela en este caso suele ser dura ya que el entorno en el que trabajan es de mucho desgaste.

 

  • Botas/ zapatillas de verano.

 

En estos casos se puede optar por calzado sin Goretex® o membrana impermeable ya que la ausencia de esta membrana nos va a aportar más ventilación a nuestros pies y esto va a permitir que nuestros pies “respiren” mejor.

 

En este tipo de botas hay una gran duda ¿botas o zapatillas?

 

Pues depende de tu estilo de caminar: algunos nunca van a ir a la montaña sin la protección en sus tobillos, sin embargo hay gente que es más ágil o que el terreno es lo suficientemente ligero como para prescindir de las protecciones.

 

Las suelas pueden variar bastante, aunque yo prefiero la Vibram Megagrip®.

 

  • Unas botas polivalentes.

 

Estas botas deben llevar membrana impermeable.

 

La parte superior puede ser de cuero o tejidos artificiales.

 

La entre suela debe tener una firmeza media para equilibrar los pies al pasar por rocas, debemos evitar botas muy blandas.

 

La protección debe ser flexible para que sea cómoda y además de proteger de la penetración de barro y piedras.

 

La suela debe tener un buen agarre, para nosotros la mejor es la Vibram Megagrip®, no confundir con la Vibram® a secas.

 

La mayoría de las personas van a buscar una bota que sea lo más polivalente posible, pero debemos tener en cuenta que no existe una bota que valga para todas las situaciones.

 

Debemos pensar en que situaciones vamos a usar más las botas y pensar que las botas que elijamos no están diseñadas para el resto de las situaciones.

 

  1. Partes de una bota.

 

Antes de ver como calzar tu bota, echemos un vistazo a los elementos que componen una bota.

 

 Partes de una bota

 

  •  Parte superior.

 

Es la parte que rodea a tu pie.

 

Debajo de esta capa es donde se sitúa la membrana impermeable en el caso de llevarla.

 

Las botas que llevan una banda de goma alrededor de la bota permiten proteger la bota de las rocas. Esta pieza es fundamental para asegurar la longevidad de las botas.

 

La puntera debe tener una protección para proteger los dedos de la caída de piedras.

 

El material de esta parte puede ser cuero o sintético.

 

Tradicionalmente el cuero era el estándar, pero actualmente los tejidos sintéticos han evolucionado mucho ya que cada vez son más ligeros y resistentes.

 

Las botas con cuero y membrana impermeable están más pensadas para el otoño, invierno y primavera en verano nos pueden dar dificultades para que nuestros pies “respiren”.

 

Si nos gusta el aspecto del cuero y queremos usarla en verano una opción es elegir bota sin membrana impermeable.

 

En el caso de las botas confeccionadas en tejido sintético nos pueden servir durante las cuatro estaciones.

 

  • Plantilla.

 

Esta es la parte sobre las que descansan los pies.

 

Una opción para valorar por el cliente es ir a un podólogo a hacerse unas plantillas a medida.

 

Es una opción que nos puede dar una comodidad extra.

 

  •  Entre suela.

 

Es una pieza que se coloca debajo de la plantilla y que determina la flexibilidad del calzado.

 

Las entre suelas más rígidas se encuentran en las botas de montañismo y ofrecen poca flexibilidad en sus pies, pero le permiten mantener el equilibrio sobre los dedos de los pies en las repisas, por las crestas de las montañas o escalando en hielo.

 

Una entre suela de rigidez media es ideal para el calzado más versátil porque se flexionará un poco, pero no tanto como para evitar que te balancees en una repisa de puntillas.

 

Una entre suela más blanda permite flexionar más el pie, pero en zonas de piedra suelta puede resultar incómoda.

 

  • Suela.

 

Esta es la parte que está en contacto con el suelo.

 

Esta parte es muy importante ya que es la que tiene que impedir perdamos tracción y que podamos caernos.

 

Las suelas blandas dan un agarre excelente en superficies húmedas o mojadas, pero se desgastan mucho y pueden dar problemas en las botas alpinas.

 

En cambio, si la suela es dura irá bien para los terrenos que desgastan más las suelas y resbalará en las zonas húmedas o mojadas.

 

¿Cuál elegir?, para mí una de las mejores suelas es la Vibram Megagrip®.

 

Es una suela que agarra bien en entornos húmedos y tiene una excelente duración.

 

  •  Los cordones.

 

Esta parte de las botas es también muy importante, aunque muchas veces no le damos la importancia que realmente tienen.

 

Los cordones con sus diferentes tipos de atados van a permitir hacer micro ajustes para que la bota se ajuste bien a nuestro pie.

 

En otra entrada vamos a profundizar en este tema ya que hay distintos tipos de atados que permiten que nuestro talón no se mueva del sitio, por ejemplo.

 

  1. Las medidas.

 

Habiendo analizado las características de un zapato ideal, vemos ahora cómo calzarlo.

 

La longitud, el ancho y el volumen son la ciencia del calce de una bota.

 

La conjugación de estas medidas te aportará el feeling que tengas con la bota al calzarla si este feeling es bueno ya solo queda el tema estético.

 

Primero poner los calcetines.

 

Desafortunadamente no debemos fiarnos de la talla que tengamos en otro calzado incluso aunque sea la misma marca.

 

Un buen sistema es calzarse la bota y empujar hacia delante el pie hasta que no podamos más y meter un dedo por detrás.

 

Si nos entra un dedo es nuestro número si nos entra más nos quedaría grande y si no nos entra el dedo nos quedaría pequeña.

 

Anchura, esta es una medida muy importante, pero por desgracia son pocos los fabricantes que tienen varias hormas (estrecha, normal y ancha).

 

¿Pero cómo sabemos cuál es la horma que es válida para nuestro pie?

 

Lo ideal es ir a comprar calzado cuando tengamos los pies más hinchados, por ejemplo, a última hora del día y tenerlo en los pies el mayor tiempo posible, 15-20 minutos y comprobar si nos presiona en la parte más ancha de nuestro pie.

 

En el caso de tener esa presión debemos descartar la bota ya que no es nuestra horma.

 

Si la bota nos crea molestias en 15 minutos imagínate en 8 horas de caminata…

 

Debemos ver que si atamos las botas estas están apretadas o demasiado sueltas en tus pies.

 

Tan malo es que nos queden muy apretadas como que nos queden sueltas. Las botas tienen que ser una prolongación de nuestros pies, ser cómodas, que no nos hagan daño y que no nos “baile” el pie dentro de las botas.

 

  1. La compra.

 

Una vez que has seleccionado la bota que más se adapta a tus necesidades y las dimensiones de la bota se ajustan a tu pie debes preguntarte como te sientes.

 

Tanto si compras en la tienda de tu ciudad como si las compras por internet debes realizar el siguiente proceso. Poner los calcetines más gruesos que vas a usar y calzar las botas a última hora del día, es cuando el pie suele estas más hinchado, y tenerlas puestas sobre media hora y si puedes subir y bajar escaleras pues mejor. De esta manera tendrás argumentos para ver si el calzado que estas probando te van a hacer daño en un futuro.

 

En el caso de que después de 30-40 minutos no te duela el pie dentro de la bota y no se mueva el pie dentro de la misma serán tus botas.

 

 

Pd. Puede que al final las botas que te sienten bien no sean las que más te gusten, pero a menudo van a estar llenas de barro y sucias por lo que el tema estético pasa a un segundo plano. Lo importante es que las botas se adapten al clima, terreno y a tus pies.

 

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